3 de agosto de 2012

Adelanto de Bochinches Bizarros: Amor filibustero

Primer y pequeño adelanto de Bochinches Bizarros, libro de relatos que, para el que no lo sepa, está escrito por mí (Panmios). Próximamente se colgarán nuevos relatos, hasta tres, que tratarán de ser una muestra de los diferentes estilos que se unen y a veces mezclan en el libro. Este relato, Amor filibustero, es una pequeña introducción al libro en general y representa los relatos más simples y fantásticos, una pequeña parte del libro que imita la estructura y las historias de pequeñas leyendas. No tiene mayor pretensión que la de ser un cuento. Espero que os guste. Para más novedades del libro y para descargar a donde quieras una cómoda versión pdf de este relato, mirad el apartado de abajo.



Se dice que, en un tiempo muy distante al nuestro, existía un hombre. Se trataba de un hombre que muchos no dudarían en calificar con sobrada razón como malvado, pendenciero o ladrón. Un hombre que era evitado y temido por todos los navegantes. Un hombre que era odiado y perseguido por todas las naciones. Un hombre que atacaba y saqueaba con el único fin de obtener riquezas. Un hombre que viajaba y aprendía por los siete mares. Un pirata. Pero no penséis que este hombre fue siempre mezquino y ruin, pues erraríais. Este hombre fue capaz de dejar su vida plagada de fechorías por un único sentimiento: el amor.

Todo sucedió cuando este bucanero oyó decir entre el decadente ambiente de una cantina una leyenda acerca de un oscuro tesoro que proporcionaba algo más que la mera riqueza, proporcionaba el poder. Un poder con el que hacer todo lo que la imaginación de un hombre pueda abarcar. Un poder inaccesible, ya que se haya encerrado en una perla oculta en una isla de la que nadie ha regresado jamás. Un gran impedimento que no hizo sino aumentar la curiosidad del pirata, quien no tardó en embarcarse en la aventura. Pasaron los años, años en los que el pirata siguió llevando a su tripulación en busca de ese mágico tesoro. Sufrieron muchas adversidades y no fueron pocos los obstáculos que se les interpusieron en su viaje, pero finalmente el pirata logró encontrar la isla en la que se encontraba la perla. Allí, consiguió adentrarse en una oscura y húmeda cueva que recorrió sin compañía alguna durante horas. En el final de su trayecto, sin que su decisión de encontrar la perla hubiera mermado un ápice, vislumbró una luz tan poderosa que sería demasiado brillante para pertenecer al Sol. Al acercarse a aquel resplandor descubrió por fin la perla. Era diminuta, tan pequeña que, de no ser por la luz que emanaba, sería imposible de encontrar. El pirata acercó su mano a ella con la decisión de quien va a culminar el sueño de toda su vida, pero se vio repentinamente sobresaltado por una delicada mano que se posó sobre su hombro. Al girarse con brusquedad observó una figura femenina que, aunque no desprendía luz alguna, para aquel hombre brillaba por su belleza más que toda la magia que pudiese brotar de la perla. El pirata al contemplarla pensó que tal hermosura sólo podría pertenecer a un ser etéreo, mas no sabía cuál era su razón en aquel momento, pues aquella aparente mujer era en realidad un miembro de las Entidades, figuras cósmicas que controlan el equilibrio del universo y observan todo lo que sucede en él, buscando posibles anomalías y rebelándose en casos muy puntuales, en los que intervienen en favor de la paz universal.

La Entidad explicó con su voz melodiosa y musical que el pirata estaba a punto de causar un daño irreparable al universo tocando esa perla y adquiriendo con ese gesto el poder ilimitado, ya que fuerzas tan vastas no pueden obedecer los deseos egoístas de un mortal. No obstante, una Entidad como ella era incapaz de coartar las libertades de cualquier ser del universo, pero apeló a la posible bondad que pudiera guardar ese bucanero en su corazón corrompido por la codicia pidiéndole que no tocara la perla.

El pirata miró pensativo los ojos violáceos de la Entidad mientras pensaba en silencio. Su vida durante los últimos años había estado dedicada a encontrar aquella perla, no podía renunciar a ella ahora que su objetivo se hallaba tan cerca. Eso iba en contra de todo lo que él había dicho y hecho durante toda su vida. De ninguna manera iba a dejar escapar una oportunidad como esa. Y sin embargo lo hizo. Echó una última mirada al cálido e intenso fulgor que fluía de aquella poderosa joya y luego dirigió un gesto de afirmación hacia la Entidad, que esbozó una amplia sonrisa.

En ese momento, el pirata quiso hablar a la Entidad, decirle que había abandonado su sueño de conseguir la perla porque había encontrado algo mucho más bello, pero las palabras que pensaba decir nunca fueron pronunciadas, pues el ser se desvaneció antes de que el pirata pudiese articular palabra. Cuando el magno poder cósmico se hubo desvanecido, el pirata derramó una sucesión de lágrimas irracionales que cayeron a los charcos de la húmeda cueva, en donde resonaba con eco siniestro su desesperado llanto. Un llanto que fue escuchado por los amigos y compañeros de viaje del pirata, que esperaban con atención el regreso de su capitán. No guardaban ya mucha esperanza de reencontrarse con él tras los terroríficos quejidos que habían escuchado, pero cuando notaron que el retraso de su vuelta se contaba ya por días decidieron partir abandonando al pirata, asumiendo que alguna oscura maldición habría reclamado su alma.

Así, el pirata permaneció en aquella isla, abandonando toda su vida, comiendo lo justo y necesario para sobrevivir un día más, y soportando las inclemencias con las que tuvo que tratar por la naturaleza de la isla. Sólo el amor y la esperanza de que la Entidad regresara un día para corresponderle llenaban su vida, aunque no la mantenían, pues su estado de salud fue empeorando y, pasado más de un mes, su vida ya estaba sentenciada. Pensó en más de una ocasión que lo mejor que podría hacer era coger la perla y obligar a su amada a que el sentimiento que él tenía fuese recíproco, pero no era eso lo que el pirata quería. Él quería un amor sincero de un ser que tal vez fuese incapaz de tenerlo. Él deseaba lo imposible.

Pero resultó que la Entidad, que lo ve todo y sabe tanto como ve, se había percatado del maltrecho estado en que se encontraba el pirata y, sintiendo pena por su frágil cuerpo humano, se apareció ante él. Los ojos del pirata se iluminaron de tal forma que parecía haber recobrado la salud. Mientras corría hacia la Entidad para abrazarla pensaba que si lo que estaba viendo era o no una fantasía surgida de su mente enferma tenía poca relevancia, con tal de volver a escuchar su dulce voz de ser celestial, que pronto escucharía, cuando se hubiera recuperado de la efusividad con la que el pirata la había saludado. Las palabras de la Entidad volvieron a sumir en la tristeza al pirata, ya que no paraba de repetir una y otra vez que su romance era imposible debido a que ella era incapaz de mostrar sentimientos.

-¿Cómo puedes decir eso?-le reprochó el pirata-¿Acaso tu sola presencia aquí no prueba lo contrario? El que hayas venido aquí no hace sino probar que sientes algo hacia mí ¿Por qué negar lo evidente?
-Lo siento, pero es así como debe ser. Toma este libro y acepta mis disculpas por haber perturbado tu existencia.

 Y así se pronunciaron las últimas palabras que la Entidad dirigió al pirata, quien pasó sus últimos días viendo ese presente en forma de libro que la Entidad le había regalado. Él, que jamás había aprendido a leer ni en su propia lengua, era incapaz de entender esas complejas letras pertenecientes a un tiempo y espacio diferentes al suyo, pero las veía imaginando que eran poemas de amor o bellas palabras dedicadas de su amada. Poco podía imaginar el pirata que ese libro provenía de una particular raza de un extraño universo que poseía la mas bella y compleja caligrafía de cuantas han existido y existirán, y que ese libro no estaba dedicado a él, sino que era una recopilación de historias ficticias que dicha raza había elaborado a lo largo de los años. Ahora, estás a punto de empezar a leer el contenido de ese libro.

 Este es el libro al que un pirata se aferraba mientras miraba de cerca los fríos ojos huecos de la muerte.

Una vez puesto el relato, sólo queda recordar que la presentación es el próximo día ocho de septiembre en Córdoba, concretamente en O mundo de Alicia, un café situado en frente de la Escuela de Arte Mateo Inurria, en la Plaza de La Trinidad, número cuatro. Espero que vengáis los que podáis y los que no, que lo difundan lo más que se pueda. Estaremos allí tanto Ague como yo, y se venderán los primeros cuarenta ejemplares del libro. Firmaré también si a alguien le interesa.

Para más novedades, tenéis la página de facebook y mi twitter. Además, estrenamos un apartado en el blog para poder seguir las novedades del libro: clik y lo ves.

El relato descargable en pdf: Amor filibustero

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