8 de octubre de 2016

Little Nemo: regreso a Slumberland, por Eric Shanower y Gabriel Rodríguez




Título: Little Nemo: Regreso a Slumberland.
Guionista: Eric Shanower.
Dibujante: Gabriel Rodríguez.
Páginas: 112.
Precio: 20 €.
Editorial: Planeta Cómic.







Para mí, el Pequeño Nemo es a los cómics lo que Ciudadano Kane al cine. Y no, no estoy diciendo que las tiras de periódico sobre el niño que visita un delirante país de fantasía igualen con su simplicidad a la compleja alegoría de la vanidad y vacuidad del poder inspirada en William Randolph Hearst. Ni siquiera que sean iguales en calidad. Para esta comparación me estoy basando en una reacción muy subjetiva, así que quizá debería subrayar lo de "para mí". Es más, voy a hacerlo:

Para mí, el Pequeño Nemo es a los cómics lo que Ciudadano Kane al cine. Básicamente, porque ambas obras me hicieron decir lo mismo. "¡Carámbanos!". Pero por dentro estaba pensando algo como: "es increíble que en un momento tan precoz en la historia del medio se haya hecho una obra tan destacada, que incluso aguanta bien el paso del tiempo". Y en el caso de la aclamada película de Orson Welles hablamos de 1941, pero el personaje de Windsor McCay debutó en 1905. La narrativa y la imaginación que despliegan esas tiras tardaron en ser alcanzadas no sólo por el  medio del cómic, sino por el mundo del arte en general (no es difícil emparentar esta obra con el surrealismo).

Lo que voy a reseñar no es esa obra original (que pude leer hace tiempo gracias a la hermosa red de bibliotecas públicas del Estado español), sino la suerte de remake que con todo el cariño han realizado Eric Shanower y Gabriel Rodríguez. En él, un chico llamado James Nemo Summerton es elegido para ser el próximo compañero de juegos de la princesa de Slumberland, el reino de los sueños fantásticos. Es por ello que cada noche será atraído hacia ese reino, en el que conocerá a toda clase de seres como el absurdo Frunkus, el pícaro Flip Flap o Bombón, el chico hecho de caramelo.

El argumento no se despega del de las tiras originales, contando en un principio los sucesivos intentos de Nemo por alcanzar Slumberland cada noche, viéndose interrumpido siempre por los más absurdos problemas y, finalmente, por un despertar abrupto. La única diferencia con las originales sería el mayor e s p a c i o que tiene para desarrollar cada uno de estos intentos, el cual aprovechan para complicar un poco más la trama. Cuando al fin se alcanza Slumberland, se desarrolla una historia central con Nemo viéndose envuelto en otra loca aventura más larga por culpa del incorregible Flip Flap. De nuevo, algo que también se vio en algún momento en las tiras originales, aunque con mayor espacio y libertad. Eso sí, a pesar de no estar atados a la periodicidad ni a la página de la obra original, ocasionalmente se muestran algunos despertares de Nemo, a modo de guiño perpetuo a lo que sucedía en aquellas tiras, para después continuar con la historia en la página siguiente. Un rasgo que imagino que a lectores no conocedores del personaje les pueda parecer algo irritante, ya que interrumpe constantemente el ritmo de la historia.

Lo mismo que sucede con el argumento sucede con los personajes: son básicamente los mismos. La historia nos explica que este Nemo es otro diferente al de las tiras originales (ni siquiera quiere ser llamado Nemo), pero lo cierto es que acaba por actuar de forma similar, y los personajes originales son igual de encantadores que en su momento. Por lo mismo también repiten sus mismos fallos de simpleza o ingenuidad. Con apenas algunos cambios por corrección política (¡Flip Flap ya no fuma puros!) y algún tímido desarrollo de Nemo fuera de su papel de viajero desconcertado, lo cierto es que los personajes funcionan tan mal o tan bien como aquellos creados por Windsor McKay.
Los habitantes de Slumberland son
de lo más variado...
Pero es cierto que se han esforzado incluir algunos elementos que habría sido imposible hacer en su momento. El principal y más obvio es la Torre Teselada, una parte de Slumberland inspirada en los trabajos de M.C. Escher sobre la perspectiva y las ilusiones ópticas que no podía haberse visto jamás en las viñetas originales, muy anteriores a éstos. De hecho, la visita de Nemo a este lugar imposible durante su aventura marca un momento cumbre tan lleno de imaginación y sorpresas que la historia parece flojear desde entonces, llevando al personaje casi arrastrado sin mucho sentido por otros territorios no muy interesantes hasta la conclusión.
Empezando así, sólo puede ir a mejor.
Eso sí, el dibujo no deja de reflejar otros paisajes igual de impresionantes. Tal y como hacen con la Torre Teselada, las maravillas y locuras arquitectónicas repartidas por Slumberland se hacen (o rehacen) de una forma muy impresionante. Sin embargo, en general me parece que el dibujo cae en un tono infantil que hace que se pierda parte del encanto de las ilustraciones de la obra original. Es cierto que al tono de la historia no le viene mal un estilo más cercano a los dibujos animados como éste, pero quizá haber intentado todas las innovaciones y la espectacular recreación paisajística de este cómic con un dibujo como el original habría sido más interesante. Pero bueno, para una cosa que sí varían del original, tampoco voy a quejarme tanto...

También hay toda clase de monturas
en este país mágico,
claro.
La edición española viene cargada de extras, pero lo cierto es que la mayoría de ellos meramente te describen lo que es Nemo y su historia. Hasta se hacen un poco pesados por la reiteración. Eso sí, para alguien que no conoce la obra de McKay lo ideal es leérsela primero para contextualizar y tener claros los contextos. Mucho más interesantes me parecen los guiones, en los que se aprecia las fieles referencias que se han seguido para este cómic; y los bocetos, que te hacen apreciar mucho más la labor del dibujante. Aparte de eso, las portadas son sublimes. De hecho, me asombra que hayan cogido una de las ilustraciones menos impactantes para la portada de esta edición cuando tenían tan buen material para elegir... 

Como ésta, casi todas las portadas.
En definitiva, un homenaje muy fiel y bonito, pero que tampoco aporta nada especialmente novedoso. Es una continuación de las tiras originales, más de lo mismo, sin mucho más que aportar. Y no es que eso sea especialmente malo, pues como homenaje se nota que es sentido y entretenido. Quienes hayan leído las tiras previas y conozcan el universo disfrutarán más con esta lectura, claro, pero tampoco creo que les parezca maravillosa. Para quienes sean ajenos a Nemo, apenas será una correcta historia infantil desbordante de imaginación. Adecuada para los niños, pero no excepcional.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Comenta, opina y discute de lo que te parezca, pero sin perpetrar ningún acto villanesco. Superhéroes suelen merodear estos lares.