Título: Humor Cristiano.
Autor: Alberto González Vázquez.
Páginas: 128.
Editorial: ¡Caramba!
Precio: 18€.
Precio: 18€.
Humor Cristiano es la recopilación variada de creaciones diversas del autor de cortos de bajo presupuesto que perpetra sus obras bajo el pseudónimo improvisado de QueridoAntonio. En este libro se reúnen muchas de las tiras que publicaba en su blog sumadas a otras nuevas, junto a poemas satíricos y textos de un humor plenamente surrealista. Fragmentos cortos que acaban sacándote una risa aunque sea sólo por el desconcierto que causan.
Desde un primer momento este cómic juega con tus referentes culturales para hacerte reír. Es algo que se puede deducir de la cubierta, que muestra a Jesucristo rodeado de prendas como unos calzones de boxeo, una pechera de torero o una camiseta de Tokio Hotel. Y, siguiendo con las referencias a la cultura popular, podemos encontrarnos entre las páginas de esta curiosa obra a personajes tan variopintos como Antonio Banderas, Juan Echanove, Barack Obama o Rafa Nadal (la tira llamada "Nadal" es mi favorita sin lugar a dudas). Dicho esto podría parecer que se recurre a chistes sobre la figura de esas personalidades famosas, pero la verdad es más compleja. Todos esos referentes a la cultura popular aparecen totalmente descontextualizados, aislados de la imagen que de ellos se podría tener. De esta forma se consigue que esos personajes que nuestra consciencia social sitúa junto a una serie de conceptos aparezcan relacionándose con otros que pueden o no ser radicalmente opuestos, pero que sí son sin lugar a dudas absolutamente delirantes.
Porque el absurdo es una de las señas de identidad del humor de esta obra, que incluso cuando no está usando esos referentes de la cultura popular muestra cualquier situación cotidiana o conocida pasada por un filtro de sinsentido en el que cualquier frase imprevisible puede truncar lo que creías predestinado. A ello responden algunas tiras como "Vampiros" o textos como "Primero tomaremos Manhattan, después tomaremos anís". Mi favorito en esta línea es "Lo prohibido", un texto que hace la enésima revisión a la canción Colgando en tus manos consiguiendo que sea todavía más asquerosa y difícilmente soportable.
Ahora bien, sí que hay algunos chistes en este libro que ahondan más, que convierten esa provocación irracional en una racional crítica muy dirigida. Son muy pocos, y por eso mismo resulta todavía más sorprendente encontrarse con ese humor más destructivo flotando entre la marea de humor absurdo que inunda las páginas del libro. Y, para qué negarlo, esta sorpresa de su encuentro provoca que sean de los que más carcajadas me han sacado durante la lectura. Los objetivos son abundantes y variados: críticas a la religión (no podía faltar en este Humor Cristiano), a políticos, al 15M, a quienes aparentan, a los videntes, a la sociedad en general... Nadie se salva y eso que, como he dicho, esta clase de chistes son los más infrecuentes.
Conozco un truco que vuelve locas a las mujeres. Consiste en colocar dos electrodos en los lóbulos parietales y aplicar una tensión de seiscientos voltios.
-George Clooney
pasado por el filtro de QueridoAntonio.
pasado por el filtro de QueridoAntonio.
Desde un primer momento este cómic juega con tus referentes culturales para hacerte reír. Es algo que se puede deducir de la cubierta, que muestra a Jesucristo rodeado de prendas como unos calzones de boxeo, una pechera de torero o una camiseta de Tokio Hotel. Y, siguiendo con las referencias a la cultura popular, podemos encontrarnos entre las páginas de esta curiosa obra a personajes tan variopintos como Antonio Banderas, Juan Echanove, Barack Obama o Rafa Nadal (la tira llamada "Nadal" es mi favorita sin lugar a dudas). Dicho esto podría parecer que se recurre a chistes sobre la figura de esas personalidades famosas, pero la verdad es más compleja. Todos esos referentes a la cultura popular aparecen totalmente descontextualizados, aislados de la imagen que de ellos se podría tener. De esta forma se consigue que esos personajes que nuestra consciencia social sitúa junto a una serie de conceptos aparezcan relacionándose con otros que pueden o no ser radicalmente opuestos, pero que sí son sin lugar a dudas absolutamente delirantes.
Esta tira es siempre repetida cuando se habla de este cómic, pero es que es un ejemplo genial de cómo se construye el humor en él. |
Hoy se celebra una huelga general y yo quiero participar en ella. Es más necesaria que nunca. Pero soy un artista. Y no puedo parar de crear. El artista es como el halcón que sobrevuela la estepa inmutable hasta que... mierda. Ya estoy creando. Basta. Oh, fatuo fuego de la creación, bendita tiranía que abrasa.... Para ya, idiota.Este absurdo combinado con los referentes culturales que ya comenté en un primer momento, y que no se limitan a personajes famosos sino que acogen también a temas como la religión, el sida o el sexo, dan lugar al aspecto que más se pone de relieve en esta obra: la provocación. La provocación gratuita y desmesurada. Yo particularmente, y ya estoy dando mi propia interpretación, le quitaría bastante alcance a este aspecto. No por nada sino porque, aunque el autor esté usando y muy conscientemente temas polémicos o considerados inapropiados como el sida(muy recurrente también en sus obras audiovisuales), en realidad la descontextualización y exageración que hace de los mismos los convierte en algo casi inocuo. Ya no se está haciendo burla de Antonio Banderas, ni de Jesucristo, ni del sida. Estos temas se encuentran tan alterados que entre ellos apenas se busca una provocación racional. Si acaso se busca jugar con la imagen que, como sociedad, tenemos de esas figuras, con lo que el daño ya no revierte en ellas sino en el mismo lector.
Ahora bien, sí que hay algunos chistes en este libro que ahondan más, que convierten esa provocación irracional en una racional crítica muy dirigida. Son muy pocos, y por eso mismo resulta todavía más sorprendente encontrarse con ese humor más destructivo flotando entre la marea de humor absurdo que inunda las páginas del libro. Y, para qué negarlo, esta sorpresa de su encuentro provoca que sean de los que más carcajadas me han sacado durante la lectura. Los objetivos son abundantes y variados: críticas a la religión (no podía faltar en este Humor Cristiano), a políticos, al 15M, a quienes aparentan, a los videntes, a la sociedad en general... Nadie se salva y eso que, como he dicho, esta clase de chistes son los más infrecuentes.
La única diferencia entre un votante de izquierdas y uno de derechas es que sólo uno de los dos sabe que vota a la derecha.En cuanto al apartado gráfico debo mencionar que se podría tratar del peor trabajo que haya visto jamás en este aspecto (si no lo afirmo rotundamente es porque no ha hecho el esfuerzo de hacerlo bien y existen otras personas que tienen resultados quizá menos malos pero pretendiendo impresionar con su dibujo). La mayoría de los dibujos son fotografías calcadas, algunas directamente pegadas, y no con demasiada maña. Es indudable que hay un trabajo detrás, como se atestigua por la última tira, titulada "Invierno", y en la que se muestra el proceso mediante el cual se elaboran la mayoría de las viñetas. El trabajo está ahí, pero esto no asegura un resultado vistoso. Los personajes apenas se intuyen en muchos casos debajo de los temblorosos y simples trazos. Eso si contamos esta obra como cómic (que es como la consideraré por ser en su mayoría tiras y viñetas, y también debido a la editorial) y no como texto en verso o prosa, como se encuentran algunas partes de la misma. Porque en cuanto a la forma de escribir también hay un particular rasgo que es el de ignorar de forma flagrante los signos de puntuación. Especialmente el uso del punto final es obviado en todas ocasiones, pero también algunos otros signos de exclamación o interrogación se colocan de acuerdo a unas leyes que deben de proceder del mismo mundo absurdo en que se desarrollan las historias. Resulta obvio que una repetición tan sistemática no responde a un error sino que tiene una intencionalidad, sólo que no puedo imaginar cuál.
No obstante, ¿y qué?
¿Importa esto?
Yo diría que no. El objetivo de este libro nunca es deslumbrarte con las posturas estáticas y forzadas de unos personajes torpemente calcados cuya expresión apenas es perceptible. Ni que te maravilles con la exquisita brillantez de una pluma que elige omitir los signos según le conviene. El objetivo es hacerte reír, y lo cumple con creces. Quizá rodearte de esas figuras irregulares con su particular forma de expresarse sea requisito indispensable para poder sumergirte en este mundo incoherente que te lleva a incontables carcajadas.
PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω
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